miércoles, agosto 31, 2005

Irish man kills her wife in Spain

La verdad es que no sé si estoy en una época de rebeldía profesional, o que ya no puedo aguantar más la manipulación de la información..., a veces pienso que sí vivimos en una especie de Matrix, aunque gobernada por 4 manipuladores con miedo a perder el poder.

El pasado fin de semana un irlandés que estaba de vacaciones con su familia en San Fulgencio (en el sur de Alicante) mata a su mujer en presencia de los hijos. No dejan de repetir este titular el domingo, lunes, martes..., porque como está de moda el tema de "la violencia de género", así se obtiene más atención y se desvía la opinión pública hacia los intereses deseados.

Obviamente estoy totalmente en contra de estos asesinos, maltratadores, etc... Pero mi sorpresa fue cuando el miércoles veo la misma noticia en Irlanda: sí comentan el asesinato, pero enseguida hacen referencia a un posible tema de tráfico de drogas.

Resulta que el asesino en cuestión es hijo de una de las conexiones más importantes de John Gilligan, gran capo del tráfico de drogas en Irlanda, que finalmente fue encarcelado en el 96 tras ordenar la muerte de Veronica Guerin, la periodista que desenmascaró toda la trama.

El hecho es que en Irlanda están barajando la hipótesis de una posible y preocupante reactivación de tráfico de drogas, puesto que la droga procedente de centroamérica, iba directamente hacia Alicante, y de allí a Irlanda a través de la red de John Gilligan.

Hay que recordar que fue un tema muy importante para Irlanda, puesto que la muerte de Veronica Guerin logró que toda Irlanda se uniese y expulsase a los "barones" de la droga; además, por primera vez un delincuente entró en el programa de protección de testigos, y la presión social hizo cambiar la constitución (se aprobó que las cuentas y activos de "sospechosos" delincuentes fueran congelados por la justicia).

Puesto que en Irlanda se ha avivado un poco el tema, pongo la carátula de la magnífica película que explica este trama destapada por Veronica Guerin. Una historia estupenda y triste, como las propias historias irlandesas.